Usted está en:
Actualidad > Reunión informativa en el Centro de Inmigración de Caritas Líbano
sobre la situación de los refugiados sirios en este país
Reunión informativa en el Centro de Inmigración de Caritas Líbano
sobre la situación de los refugiados sirios en este país
Uno de los compromisos adquiridos entre los representantes del CEMOFPSC y Caritas Líbano ha sido mantener encuentros frecuentes para seguir de cerca la situación de emergencia por la que atraviesan los refugiados sirios en Oriente Medio.
Preocupados por la situación de crisis humanitaria originada por el conflicto Sirio, que prevalece en los países de Oriente Medio, y después de 21 meses de conflicto y más de 60.000 muertos, en su gran mayoría civiles, representantes del Centro de Estudios de Oriente Medio de la Fundación Promoción Social de la Cultura (CEMOFPSC) se han reunido con responsables de Caritas Líbano, la primera organización en haber dado respuesta a la crisis, ya desde marzo de 2011.
El pasado día jueves 10 de enero, Jumana Trad por parte del CEMOFPSC y Alain Kiwan, de la oficina de la FPSC en Líbano, mantuvieron una reunión en la sede de Caritas Líbano- Centro de Inmigración con el presidente de su Junta Directiva, el ingeniero Kamal Sioufi, y su directora, Najla Tabet Chahda, para informarse sobre la situación de los refugiados sirios en el Líbano.
La situación actual por la que atraviesan los refugiados sirios en Oriente Medio y en especial en el Líbano, ha sido calificada de emergencia por los responsables de Caritas Líbano. Si entre mayo de 2011 y hasta finales de marzo de 2012, el número de refugiados registrados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el Líbano era de 26.000 personas, desde el mes de octubre 2012 esta cifra se ha cuadruplicado y al día de hoy, 14 de enero de 2012, asciende a 203,4801 refugiados (142.360 ya registrados y 61.120 que han iniciado el proceso para registrarse con ACNUR), es decir, desde octubre, cada semana entran en el país de 2.500 a 3.000 personas. Esta situación no ha hecho más que degradarse a medida que la inseguridad en el país vecino se va extendiendo, agravada actualmente por el invierno y sobre todo en estos últimos días donde la zona ha sufrido el azote de un temporal llamado Olga, que ha traído a la región lluvias frías, nieve y vientos durante toda una semana.
Casi el 75% de los refugiados son mujeres y niños, sobre todo después de la prohibición emitida por el gobierno sirio a los hombres entre 17 y 45 años de dejar el país, aunque últimamente se estima que muchos jóvenes sirios entre 20 y 30 años están huyendo al Líbano para no verse forzados a enrolarse en las fuerzas armadas de uno u otro bando.
Pero según los responsables de Caritas, estas estimaciones no reflejan la realidad porque, en efecto, muchos de los refugiados no solicitan registrarse, y ya en el Líbano, antes de la revuelta en Siria, vivían entre 600.000 y un millón de trabajadores inmigrantes sirios, empleados principalmente en la construcción, la agricultura, la venta ambulante, etc. Estos inmigrantes cuyas familias permanecían viviendo en Siria, ahora tienen acogidos en el Líbano a los miembros de su familia, cuyo número en algunos casos puede ascender a más de 30 personas. La situación está siendo agravada por el hecho de que el salario modesto del inmigrante que permitía a su familia vivir dignamente en Siria no le permite vivir así en el Líbano, un país con un nivel de vida más elevado y precios más altos. De otra parte, la afluencia de inmigrantes ha significado un alto descenso del salario medio debido a la competencia y al aumento del paro.
Hasta ahora el gobierno libanés ha sido reacio, por razones históricas y problemas internos de política (Siria fue parte de la Guerra civil en el Líbano y ocupó el país hasta el año 2005) a aceptar la creación de campos de refugiados en sus fronteras, como ocurre en el caso de Jordania y Turquía, pero a su vez da muestra de una generosidad en la acogida ya que permite la entrada en su suelo a todos los refugiados que lo deseen. Desgraciadamente esta situación está creando una realidad social que a la larga sería insostenible; en efecto, este pequeño país, de apenas 4 millones de habitantes, da cobijo en su suelo a refugiados iraquíes (25,000), palestinos (400,000- 600,000), y asegurar el acceso a la educación, a la salud primaria, a la alimentación, al alojamiento y a la vestimenta de los refugiados sirios se está convirtiendo en un problema acuciante para el Estado libanés.
De esta manera, las poblaciones de refugiados más pobres, están alojadas en viviendas humildes, aparcamientos privados, inmuebles en construcción o en tiendas de campaña instaladas en terrenos privados (por los cuales tienen que pagar alquileres). En esta última semana una ola de frío está sacudiendo Oriente Medio, y miles de refugiados se han encontrado en una situación todavía más precaria, totalmente a la intemperie debido a las graves inundaciones y grandes precipitaciones de nieve que tuvieron lugar en todo el país. Y el hecho de que la población refugiada se encuentre dispersa por diferentes partes del país, está complicando mucho la tarea de la ayuda, obligando a las organizaciones de ayuda a contactar con distintas autoridades locales en diferentes regiones, encontrándose una respuesta diferente en cada municipio.
Las organizaciones más importantes que trabajan en este sector son ACNUR, Cruz Roja y Media Luna Roja (que principalmente se ocupan del transporte de los heridos dentro de Siria) y Caritas Líbano, a través de su Centro de Inmigración, que a su vez se ocupa de atender a los refugiados en su suelo y coordina la ayuda a Caritas Siria a través de Caritas de Oriente Medio y África del Norte (que preside el Líbano). Se está contando además con la ayuda de muchas organizaciones locales e internacionales.
Según los datos de ACNUR, se prevé que la población de refugiados en el Líbano se incremente hasta las 300.000 personas durante el próximo año, con nuevos flujos de inmigrantes que provendrían no solamente de las poblaciones económicamente más vulnerables sino también de poblaciones confesionalmente minoritarias tales como los cristianos que empiezan a sufrir abusos y de la clase media siria que se está empobreciendo a medida que el conflicto se prolonga.
Se ha acordado entre los presentes mantener reuniones periódicas para seguir más de cerca esta dramática situación.