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Fortificada desde dentro: los muros y puertas del Viejo Jerusalén
La Ciudad Vieja de Jerusalén ocupa un espacio de menos de un kilómetro cuadrado en el que viven 35.000 personas de todo el mundo que pertenecen principalmente a las “Tres Grandes” religiones monoteístas: el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo. Y como muchas ciudades antiguas, estaba constantemente rodeada por un muro. Sin embargo, al profundizar en las historias tras la muralla de la ciudad, surge un patrón que muestra que estos muros no se construyeron para alejar a los enemigos, sino más bien para proteger y unir a las personas y a los lugares dentro de ellos.