El Centro de Estudios de Oriente Medio de la Fundación Promoción Social (CEMO) y la Red Euro-Árabe de ONG para el Desarrollo y la Integración (READI) organizaron el 24 de febrero de 2022 el Seminario: “El agua como derecho humano fundamental y elemento transversal de cooperación en contexto COVID-19: los casos del Jordán y el Nilo”, en Casa Árabe de Madrid.
Este seminario fue financiado por la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
El agua es un recurso esencial para la vida, un elemento estratégico para la resolución de conflictos y epicentro de sostenibilidad. Según ONU Agua, 2.200 millones de personas no tienen acceso a su derecho al agua y 2.400 millones carecen de servicios básicos de saneamiento. La Resolución 64/292 de 2010, de ONU reconoce el DHAS como derecho humano esenciales para el pleno cumplimiento de todos los derechos.
El río Jordán ha sido degradado desde mediados del siglo XX: Israel, Jordania y Siria han represado y desviado el río, dejando menos del 5% de su flujo original. El agravamiento de la crisis hídrica en Cisjordania y Gaza, junto con el liderazgo de Israel en el sector de la desalación y reutilización, marcan la urgencia de llegar a un acuerdo sobre el agua natural compartida entre Israel y la ANP.
El valle del Nilo ofrece importantes retos a la seguridad hídrica de la región de África Oriental y del Norte, por la aridez del territorio, el estrés hídrico crónico, un rápido crecimiento demográfico y económico y diversos conflictos intra e interestatales. El uso de las aguas del Nilo es fuente de controversias entre las 11 naciones africanas que comparten su cuenca.
El objetivo del seminario era analizar y profundizar en la problemática actual de la gestión de los recursos hídricos y el saneamiento en Oriente Medio y cuenca del Nilo (tanto disponibilidad, acceso y uso como cantidad y calidad de los recursos hídricos), además de explorar el estado de implementación del Derecho Humano al Agua y Saneamiento (DHAS) con un especial énfasis en la exploración de posibles pautas de resolución de conflictos.
El formato del seminario fue híbrido, a pesar de su dificultad técnica, presencial en el Salón de Embajadores de Casa Árabe, y con participación de los expertos desde terreno en remoto.
El Seminario Internacional comenzó con una sesión de apertura, en la que en primer lugar intervino Karim Kauser, Coordinador de Relaciones Internacionales de Casa Árabe, quien tras dar la bienvenida a los presentes, incidió en la importancia del derecho humano al agua y el saneamiento en relación al presente y futuro de la región.
A continuación tomó la palabra María Beamonte, Directora general de Fundación Promoción Social, que saludó a los presentes, agradeciendo en primer lugar al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y a Casa Árabe, su colaboración.
Puntualizó lo importante que era para la Fundación retomar la actividad de su Centro de Estudios en formato presencial. Para ella, el tema al que estaba dedicado el Seminario es de una importancia capital, ya que el derecho humano al agua (y saneamiento) es el umbral de acceso al resto de derechos.
Comentó que el interés de la Fundación en la temática también se debe a la prioridad de estos derechos humanos en el marco de la “Estrategia de Respuesta Conjunta de la Cooperación Española a la Crisis del COVID-19” y de la nueva “Estrategia de Acción Exterior 2021-2024” de España.
A continuación se dio paso a Alejandro Maceira, Fundador y Director de iAgua, como moderador general del Seminario.
En primer lugar dio la palabra a Pedro Arrojo Agudo, Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos al Agua Potable y al Saneamiento (DHAS) quien en su conferencia inaugural analizó el estado actual de implementación y alcance del DHAS y el papel de las organizaciones de la sociedad civil.
Comenzó su intervención aludiendo al lema de su mandato hasta 2023: el Agua como argumento de paz y cooperación. Agradeció al CEMO por abordar en un clima de diálogo y pro positividad los temas el Jordán y el Nilo, e hizo un llamamiento como relator para contribuir a que se abran canales de diálogo por todas las partes.
Desde su punto de vista, las principales fallas críticas del desarrollo son la falla de inequidad y pobreza generados desde sistemas socioeconómicos injustos y la falla de insostenibilidad que ha provocado que el agua sea el factor clave de la vida, “el alma azul de la vida”. Se ha transformado en el vector de enfermedad y muerte más demoledor de la humanidad en el siglo XXI.
Abogó por la transición hidrológica como eje de las estrategias de la adaptación al cambio climático. Es necesario, en su opinión, promover resiliencia ambiental, recuperando, en primer lugar, el buen estado de los ecosistemas acuáticos y de humedales y acuíferos (pulmones hídricos de la naturaleza; son los principales depósitos del agua, no los embalses).
Según él, el agua entendida como recurso económico parcelable es un error.
El valor económico combinado con el simbólico y emocional (de humillación y chantaje), puede convertirse en un argumento bélico. Pero pasa a ser un argumento de cooperación si se utiliza como recurso ecosistémico, que puede integrar el recurso económico, pero no exclusivo. Para él, transitar de la visión de recursos a la ecosistémica es más necesario hoy que nunca.
La primera sesión abordó el papel del agua como derecho humano fundamental y elemento transversal de cooperación en contexto COVID-19 en el Jordán.
Comenzó la mesa con la intervención de Muttasim Al Hayari, Director del Programa de Gestión de Recursos Naturales de Jordan Hashemite Fund for Human Development – JOHUD (Jordania).
Realizó una actualización del estado del río Jordán en Jordania, con una comparativa visual (mapa) de los “años buenos frente a los años malos”, realizó una proyección a 2030, donde subrayó que el efecto climático será una de las causas del déficit del agua del Jordán. Por ello, el gobierno jordano tiene gran interés en implementar distintas medidas para evitar las inundaciones que ya se están produciendo en Jordania.
Según él, el COVID-19 aumentó el consumo de agua en los hogares un 10%, lo que ha llevado al aumento de los costes mensuales, lo que supone una situación muy grave para un país como Jordania.
Propuso como soluciones, la mejora de los sistemas de agua y de las infraestructuras de las aguas subterráneas para hacerlas resilientes al clima.
Según él, existe la necesidad de mejora de instalaciones WASH y promoción de comportamientos de higiene entre distintas comunidades, utilizando las escuelas.
También abogó por garantizar a los refugiados sirios el acceso a una cantidad adecuada de agua potable, y a instalaciones de saneamiento adecuadas. Puntualizó la necesidad de construir y operar redes de agua subterránea también para la población refugiada.
A continuación tomó la palabra Mariano Blanco, Director Internacional de Estudio de FCC Aqualia, quien realizó una presentación de cómo su empresa, compañía global privada, se enfrenta a través de su Responsabilidad Social Corporativa a los retos de la escasez y la contaminación del agua, así como a la promoción de los derechos humanos.
Según él, la empresa privada presta un servicio público. Fundamentó la Sostenibilidad en 4 ejes: social, económica, medioambiental y técnica, pues la sostenibilidad técnica permite utilizar tecnologías de forma sostenible en el tiempo y garantizando el derecho humano al agua.
Comentó que en la actualidad trabajan en O. Medio en Arabia Saudita, Emiratos, Catar, Omán, Argelia y Egipto en temas de agua y saneamiento.
Tras él, se cedió la palabra a Izzat Zeidan, Director de programas y proyectos de Palestinian Agricultural Relief Committees (PARC), quien denunció las graves dificultades en Cisjordania y Gaza en el acceso al agua, con cifras llamativas y preocupantes de consumo y coste económico, y que generan dificultades en el cumplimiento del derecho humano al agua y el saneamiento.
Realizó una exposición sobre la falta de acceso al derecho de sus propios recursos para acceder al agua en superficie y subterránea No se accede a la cuota aprobada en 1956 para acceder a la cuota de agua del río Jordán.
Según él, el Art. 40 del Acuerdo de Oslo limita el acceso al agua en Cisjordania y Gaza; existe una violación de lo acordado en cuanto al acceso a los acuíferos. Comenta que la situación que es peor en Gaza, donde el agua es salina y no cumple con el estándar para consumo humano.
Advierte que las ONG locales trabajan para lograr el suministro de la población agricultora. Uno de los desafíos es garantizar el suministro, actualmente deficiente. Las precipitaciones anuales en principio deberían ser suficientes, pero el cambio climático augura un cambio en las precipitaciones que afectarían a estos recursos.
Realizó una comparativa entre el consumo de la población local y la de los asentamientos (cuatro veces superior) y los altos costes económicos por el consumo.
Apeló a una distribución equitativa del agua para el acceso a los recursos hídricos de los palestinos.
La segunda sesión abordó el papel del agua como derecho humano fundamental y elemento transversal de cooperación en contexto COVID-19 en el valle del Nilo.
Abrió la mesa Pedro Arrojo Agudo, Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos al Agua Potable y al Saneamiento (DHAS), en su segunda intervención.
El Relator, advirtió que la dificultad vinculada a las cuencas transfronterizas ocurre en todos los contextos.
Establece como objetivo necesario el satisfacer sostenibilidad y ecosistema. Comentó que “el río es una macrodepuradora general si le respetamos la vida”, y que “Los humedales son las mayores depuradoras del mundo y alimentadas por energía solar gratuita”.
Advirtió que el agua, los sedimentos y los nutrientes tienen impacto en la vida circundante del río. En la medida en la que los ríos desembocan al mar, se aportan nutrientes y favorece la pesca en el mar. Pasa sobre todo en el Mediterráneo, un mar muy pobre en plancton, en el que las desembocaduras de los ríos aumentan la producción de sardinas, por ejemplo. Deltas, estuarios y litorales marinos forman un conjunto.
En sus palabras “el problema es la asimetría”.
Puntualizó que no se puede hablar de escasez para justificar el acceso al agua potable, se puede hablar de acceso de ambición. Según él, ningún río se seca por sacarle el 3% de su caudal que es lo que se saca para cubrir las necesidades; hablamos de derechos humanos, no de enriquecimiento.
Aboga por “hacer las paces con los ríos”, evitando la contaminación, sobreexplotación.
Los derechos humanos conectados, interdependientes, deberían, según él, estar plenamente garantizado por el derecho internacional. Se trata de compensar a los que están en cabecera, que a su vez tienen que tener cuidado para las aguas abajo, en definitiva, de compensar asimetrías.
Después tomó la palabra Zenebe Tsegaw, Responsable del Departamento de Programas de Hararghe Catholic Secretariat (Etiopía).
Comentó que existen 4 ríos transfronterizos en Etiopía. Sufren estrés hídrico, estando las cuencas por debajo del umbral en el caso concreto del Nilo.
Incidió en la adecuada gestión del agua para hacer frente a los desafíos vinculados al cambio climático y garantizar el acceso a la misma por parte de las generaciones futuras.
Según él, la crisis de gobernanza en Etiopía que tiene que ver en el solapamiento de diferentes estructuras, tiene un impacto sobre diferentes cuestiones como las medioambientales. Existe una falta de cadena de suministro, y ello constituye una de las problemáticas del país, que también se enfrenta a la escasez de agua, todo ello agravado por el cambio climático.
La falta de acceso al agua, en su opinión, conlleva desafíos como, el desplazamiento de poblaciones para poder acceder al agua. Tiene consecuencias sobre las mujeres, la infancia y sobre la salud y aumenta el riesgo de ataques violentos en los largos trayectos (carga del agua sobre la espalda, ataques de animales salvajes, exposición de las mujeres a violencia sexual), afectando tanto a responsabilidades vinculadas a su rol reproductivo (cuidado de los hijos) como productivo, incidiendo negativamente a su desarrollo.
Finalizó comentando que garantizar esquemas de suministro sostenibles también tiene que ver con el empoderamiento de las comunidades locales y el acceso a tecnologías como la solar. Según él, existe dependencia de donantes externos para garantizar el acceso al agua para consumo humano (incluida higiene) y pecuario.
Tras su intervención, tomó la palabra Domingo Zarzo, Presidente de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), quien se encargó de moderar el debate general.
Según él, España coincide con muchos puntos de los expuestos en el Seminario, pero tenemos la suerte de estar en un entorno europeo muy regulado y que garantiza el acceso al derecho, siendo uno de los países más avanzados del mundo: el primero de España en reutilización y el quinto en desalinización, que utiliza el 21% de agua desalada para agricultura. Pero sigue siendo importante seguir trabajando por la escasez vinculada a nuestra metodología.
Dirigió una pregunta a Pedro Arrojo de cómo en los países en los que hay escasez se puede compatibilizar el medioambiente con el acceso al agua para vivir.
El Relator contestó que habrá regiones en las que por empuje del cambio climático en zonas áridas y semiáridas duras dejarán de ser inhabitables. Pero en la inmensa mayoría de los casos, recuperar la salud del ecosistema es la única garantía. Es posible, se está haciendo en los países donde el acceso no es la principal necesidad. Pero se requieren esfuerzos reales para la convergencia del derecho humano. No es un problema de accesibilidad por lo general, sino de capacidad y prioridad. La clave es priorizar por sensatez y hacia la garantía de los DDHH. Debe ir para lo básico, WASH, no para el que más quiere.
Realizó una pregunta para Zenebe Tsegaw de cómo afecta el tema del agua al desempleo y la desigualdad que sufren las mujeres. Qué impacto puede tener en el porcentaje de abandono escolar.
Su respuesta fue que la relación de la falta de agua con la economía es muy importante. Mujeres, niños, personas mayores y con discapacidades son las más afectadas. Recorren grandes distancias y sin protección en las zonas rurales, que lo vincula incluso al abandono escolar, sobre todo de las niñas, que tienen que ir a buscar agua con sus madres.
Dirigió una pregunta en relación a Jordania sobre el estado del proyecto de la desaladora en Aqaba, que ha suscitado mucho interés internacional. También ha llamado la atención el incremento del 10% del consumo en contexto de pandemia, cuando en España cayó entre un 5 y un 10% porque muchas actividades dejaron de funcionar al 100% y en el caso de usos turísticos cayó hasta un 20%.
Respondió Muttasim Al Hayari que el nivel de consumo en los hogares ha con respecto al de otros sectores. Hay que tener en cuenta que solo un tercio del agua se utiliza para el sector industrial. El 47% para agrícola y 53% para uso doméstico. Esto es lo que justificaría el incremento durante la pandemia.
Preguntó a Mariano Blanco cuales fueron los mayores retos enfrentados como empresa en un país como Egipto por inestabilidad política y otros. Su respuesta fue que han sido los retos vinculados al cambio de gobierno y de régimen. Comentó que aunque sea complicado decirlo, el ejército aporta cierta estabilidad a los proyectos. Hay que entender la coyuntura del país para entender la estabilidad. La devaluación de la moneda fue otro gran reto. También la mano de obra, la necesidad de personal muy cualificado a niveles gerenciales y técnico, también los entornos multiculturales y multiidiomáticos que tuvieron que gestionar por la gran cantidad de personal que llegó de fuera.
Domingo Zarzo preguntó a Izzat Zeidan sobre cómo la dependencia de Israel y el incumplimiento de los Acuerdos de Oslo ha tenido repercusión en la problemática de los precios, y si sería posible contar con pequeñas instalaciones públicas que abaratasen los costes. Su respuesta fue que uno de los mayores problemas que sufren es la ocupación, la cooperación internacional consigue suplir parte del problema como las pequeñas desaladoras que la Cooperación Española apoya. El problema en Gaza además se vincula a la hacinación de la población en una franja muy estrecha que conlleva problemas asociados al saneamiento.
El debate a continuación se abrió a todos los asistentes, y tomó la palabra, Mona Arafa, Segunda Jefatura de la Embajada de Egipto, quien comentó que su país sufre una falta importante de agua, debido a su climatología seca y la incidencia del cambio climático.
El 97% del agua que utilizan depende del Nilo. Es el país que mayor dependencia tiene de él. El Nilo Blanco y el Nilo Azul son sus fuentes. El segundo recorre Etiopía, Sudán y Egipto.
Puntualizó que, sin entrar en el actual conflicto político, les gustaría aclarar que el problema de la presa etíope está relacionado con el Nilo Azul. Las negociaciones son entre estos tres países y no los 11 a los que afecta el Nilo en su totalidad.
Según ella, ya existía una falta importante anual de cuota de agua en Egipto sin la construcción de esa presa, y sin tomar en cuenta el cambio climático, sufriendo una falta de agua del 25%.
Comentó que Egipto está colaborando con países europeos y UE para mejorar la gestión de los recursos de agua a través de los Ministerios implicados, que supervisan los proyectos de cooperación que suponen un proceso vital para acceder al agua. Pero según ella esto no resuelve el problema. Reiteran el problema del acceso. La cuota per cápita en Egipto es menor que la mitad que la fijada por Naciones Unidas.
Desde su punto de vista hace necesario y obligatorio que su país conserve sus recursos.
Intervino a continuación Zenebe Tsegaw, expresando su opinión de que la construcción de la presa, no afecta a los derechos humanos del agua y saneamiento y que en su país afrontan necesidades extremas de acceso al agua.
Clausuró el seminario, Alejandro Maceira, apuntando una serie de conclusiones.
Según él, este seminario, organizado por el Centro de Estudios de Oriente Medio de la Fundación Promoción Social, puede contribuir a incrementar la concienciación tanto entre los actores involucrados, que han participado en el seminario, como la ciudadanía en general.
Destacó las buenas prácticas que, por supuesto, se tienen que promover y potenciar en estas zonas y que deben llevar a un avance en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto el número 6.
Y puntualizó que bajo su punto de vista, en el seminario han tenido cabida visiones distintas, de administraciones públicas, empresa privada, tercer sector, y subrayó la importancia de la colaboración entre todos los ámbitos para el progreso en la promoción del Derecho Humano al Agua y el Saneamiento.