El jueves 16 de diciembre de 2010, tuvo lugar en el Aula Magna de la Universidad San Pablo CEU en la calle Julián Romea en Madrid un acto público bajo el título «Cristianos perseguidos: La realidad de Irak».

Este acto contó con la intervención de Monseñor Basile Peores Casmoussa, Arzobispo de la Iglesia Católica Siriaca de Mosul, y Monseñor Shaba Matota, Arzobispo de la Iglesia Católica Siriaca de Bagdad. El acto fue promovido por el eurodiputado Jaime Mayor Oreja aprovechando la visita al parlamento Europeo de ambos Obispos invitados por el Grupo Popular Europeo para denunciar la precaria situación en la viven los cristianos en Irak.

Asistieron en calidad de invitados Jumana Trad del Centro de Estudios de Oriente Medio de la FPSC y José Luis Zatarain de la Fundación Promoción Social de la Cultura.

Abrió el acto, el Director de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Javier Menéndez Ros, exponiendo los datos recogidos en el último informe realizado sobre libertad religiosa en el mundo, poniendo de manifiesto las muchas formas y grados de persecución que sufren las Iglesias y los cristianos en determinadas áreas geográficas.

Tras una breve intervención de Jaime Mayor Oreja, la periodista Cristina López Schlichting quién moderó la sesión y las intervenciones de ambos Obispos, comunicó que se llevaban recogidas a fecha de ayer más de 15.700 firmas de apoyo a la «Declaración por la libertad religiosa en el mundo», accesible desde http://bb16.org

El arzobispo siro-católico de Bagdad, comentó de forma sobrecogedora, el brutal atentado cometido en la Catedral de Bagdad, el pasado 31 de octubre, donde fallecieron 51 personas asesinadas por terroristas que les dispararon al grito de versículos del Corán sin piedad ni tampoco respetar a sacerdotes, mujeres y niños. Tres sacerdotes fallecieron entre las víctimas. Describió con detalle la actitud heroica de varias de las personas presentes antes de ser asesinadas.

Pidió apoyo para exigir de los Estados árabes la condena de estos actos.

Los obispos, se preguntaban por la autoría de los hechos, pidiendo una investigación de los sucesos acaecidos por parte del Gobierno iraquí. Según uno de ellos, el Gobierno parecía empeñado en encubrir de alguna forma el brutal atentado o al menos en mitigar en lo posible su trascendencia en los medios. Comentó que se dieron mucha prisa en limpiar la escena del crimen, no permitiendo tomar fotografías, siendo las únicas imágenes disponibles realizadas por particulares a través de los teléfonos móviles. Pero en cualquier caso denunciaba la actitud del Gobierno ante la falta de firmeza en tratar de esclarecer los hechos.

Piden un diálogo de bien con musulmanes en relación a la situación de las minorías en Irak.

Monseñor Basile Georges Casmoussa se refirió a la necesidad de recibir apoyo de la comunidad internacional, esa es la razón por la que están en Europa «para mendigar socorro» ante una situación crítica de la comunidad cristiana en ese país.

Incide en que matar, ofender y perseguir en nombre de una religión puede ser una señal de mala salud de la humanidad, pero cree que Europa tiene intereses en Oriente Medio y viceversa. Cree que para su gobierno, la relación con la Unión Europea es muy importante, su gobierno tiene la necesidad de que se le afirme y confirme desde Europa y ve que son necesarias algunas presiones. El Parlamento Europeo puede ejercer cierta presión sobre el gobierno iraquí.

Ambos Obispos reclaman que se deben garantizar libertades y derechos fundamentales a los ciudadanos iraquíes. Comentan que los cristianos son una parte muy importante de la sociedad iraquí, de hecho estaban allí mucho antes de que llegará el Islam a esa región hacia el año 630, existían Concilios y Sínodos muy anteriores. La cristiana por tanto no es una religión importada.

Reclaman que se trate a la minoría cristiana y las demás minorías en igualdad de condiciones que al resto de la población. Reclaman iguales oportunidades de trabajo y vivienda para los cristianos, denuncian las trabas administrativas y de otra índole a la hora de conceder licencias para construir iglesias, o la necesidad de que sea mayoría la población cristiana de un área  (no del colegio) para que se pueda impartir clase de religión en un colegio.

Tras el terrible atentado del 31 de octubre se han incrementado la solicitud de partidas de Bautismo para abandonar la zona. Los obispos denuncian que la emigración no es la solución, pero es un hecho grave que se está produciendo.

Denuncian que cada vez que los musulmanes se ven agraviados, por ejemplo, con las caricaturas creadas por un dibujante en el norte de Europa, las minorías cristianas en esa área, al ser el eslabón más débil, son represaliadas, como si fueran culpables de esos hechos.

Plantean varias reivindicaciones principales:

1.    Un Comité de Investigación independiente de estos crímenes bajo los auspicios de las Naciones Unidas o la Unión Europea, para investigar autorías y depurar responsabilidades.

2.    La organización de una conferencia para el estudio de los derechos de las minorías en el mundo árabe. Si no es posible hacerla en Irak, quizás organizarla en el Líbano.

3.    Si la CE tiene acuerdos económicos o políticos con el gobierno iraquí pedir que se presione para garantizar los derechos fundamentales, la libertad religiosa y la seguridad de las personas.

4.    Otra conclusión es la de fomentar proyectos de desarrollo para dar trabajo a la población iraquí y evitar así que se incremente la emigración de cristianos de Irak.

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