Cristina Fraile, Subdirectora General de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Eduardo López Busquets, Director General de Casa Árabe y Jumana Trad, Presidenta de la Fundación Promoción Social de la Cultura, formularon unas palabras de bienvenida y dieron paso a la sesión sobre modelos de libertad religiosa en Oriente Medio.
La presidenta de la FPSC en su intervención manifestó: «A la vista de los últimos acontecimientos que está viviendo la región, con su carga de destrucción y horrores, que está poniendo en grave peligro la propia existencia de muchas de sus minorías religiosas, quisiera pedir que tengamos siempre presente como estímulo durante este encuentro, repensar el papel crucial que tiene la protección de los derechos humanos en general y en particular la libertad religiosa, fuente de convivencia y clave de promoción integral del ser humano, desde luego esencial para el establecimiento de una paz duradera y estabilidad para todos».
La sesión estuvo moderada por Gwenda Jeffreys-Jones, analista política de Oriente Medio y de la Unión Europea, y contó con la intervención de William K. Warda, miembro del Comité Ejecutivo de Alliance of Iraqi Minorities (AIM), Vice-presidente del Foro de Redes de Organizaciones de Derechos Humanos en Iraq y Presidente de Hammurabi (Organización Derechos Humanos), desde 2007 hasta 2013; el Prof. Dr. Antoine Messarra, profesor de Derecho Constitucional, Derecho de sistemas políticos comparados y Sociología de la Universidad Saint Joseph del Líbano y el Prof. Dr. Asher Maoz, Decano de Derecho en el Peres Academic Center de la Universidad de Tel Aviv, autores del estudio.
Warda (Iraq) expuso que a la vista del estudio realizado, las creencias son un pilar fundamental en la vida humana, y existe una necesidad urgente de alcanzar el objetivo de garantizar su derecho; la protección de la libertad de creencia realza el respeto a los derechos humanos y contribuye a una estabilidad y una paz civil crecientes. Un individuo, en palabras suyas, no puede aceptar abandonar sus creencias y fe fácilmente, la historia es testigo de conflictos religiosos marcados por la crueldad y el horror, basados en la protección de las creencias y la fe.
Concebir la libertad de creencia de forma separada al respeto a otras libertades básicas humanas como la de pensamiento, opinión, de reunión y de educación, carecería de sentido alguno. Rechazar el reconocimiento de la diversidad religiosa y la libertad de creencia, así como la negación de la diversidad cultural existente en un país agrava el problema de la gobernanza.
En Iraq, que cuenta con muchos artículos en su constitución que enfatizan sobre la libertad de creencia, todavía encontramos leyes que son incompatibles con ellos. La constitución Iraquí ampara el derecho fundamental de Libertad religiosa mientras las leyes particulares lo socavan. El crecimiento del fanatismo día a día constriñe el derecho a la libertad religiosa que sí recoge la Ley.
Messarra (Líbano) explicó que la consolidación del sistema de paridad Islámico-Cristiano (munasafa) en el Líbano es el objetivo de la declaración adoptada por el Pacto del Acuerdo Nacional de Taëf y del cambio constitucional del 21 de septiembre de 1990. Las cortes han defendido siempre en su país la libertad de creencia y de religión. Destacó que el fundamentalismo y fanatismo son producto de la actividad académica universitaria.
Maoz (Israel) destacó que la libertad religiosa se garantizaba ya indirectamente con la ley de la constitución del Estado de Israel y un desarrollo normativo posterior. Remarcó que el Judaísmo es a la vez una religión y una nación. La población judía en Israel es diversa y encontramos desde ortodoxos extremos hasta laicos, incluso ateos. Pero hay que decir que ninguno es ajeno a la cultura judía.
Al término de la sesión se celebró un debate abierto con los asistentes moderado por Prof.Dr.Rafael Palomino, Profesor de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad Complutense de Madrid.