Homenaje al embajador Samuel Hadas
Querido Samuel: Aquí nos encontramos, en la inauguración de este Seminario del CEMOFPSC, con la profunda tristeza de no poder contar con tu asistencia personal, la de un entrañable amigo con el que he compartido tantos años de comunes vivencias profesionales pero, sobre todo, humanas, en la más bella expresión de esta palabra.
La última vez que nos vimos, demasiado brevemente, por la premura de tu siempre apretada agenda, fue hace un año, en Madrid, con ocasión del anterior seminario del CEMOFPSC, en el que ambos participamos. Me correspondió presentaros a ti y al Patriarca Emérito de Jerusalén, Mons. Sabbah, y lo aproveché, aunque con la brevedad del momento, para hacer una sincera expresión de vuestras respectivas personalidades y virtudes.