Para mí es un honor estar aquí con ustedes, es un privilegio poder compartir este Seminario y contribuir a reflexionar sobre este tema. Sin embargo, no me considero competente para hablar sobre la aportación de la religión (si hay algo que se llama religión) a la paz en el mundo, porque viviendo en un país donde hay al menos tres religiones principales, un país que tiene el mensaje de las religiones monoteístas, hemos aprendido que es muy complejo. Cuando los periodistas que vienen a visitarnos durante una semana, vuelven a casa, escriben libros sobre la solución del conflicto en Oriente Medio; los que se quedan dos o tres meses, tienen el empuje de escribir un artículo en un periódico de segunda; y nosotros que vivimos allí inmersos en el conflicto y en la búsqueda de esperanza, a penas tenemos nada que decir, estamos demasiado ocupados (cristianos, musulmanes, judíos y drusos) viviendo juntos la religión en la vida cotidiana.